El secreto de Jhair

Oct 27, 2025

Introducción

No suelo hacer este tipo de publicaciones, pero ya era hora de hablar de Jhair. No es que me caiga mal, pero este cabrón se ha ganado su propio capítulo en el blog; y si no lo cuento yo, nadie lo va a contar.

Base de datos

Vamos empezando con lo peorsito de Jhair, no te puedes descuidar de él porque te borra la base de datos. Un día vez hizo unos cambios rápidos en el sistema pero como no sabe programar en sql ni en general, que borra la base de datos de su equipo y lo único que hizo fue reirse, su equipo ya no lo aguanta o al menos eso es lo que me comentan fuentes cercanas. Desde ese día, no lo dejan tocar nada importante. Cuando lo ven cerca de la base de datos, todos se ponen tensos. Y con justa razón, porque lo suyo no es programar, lo suyo es alcoholizarse.

La 3 camisas

Luego está su ropa, tiene tres camisas, una está desteñida, la otra toda arrugada y la tercera ya ni se sabe de qué color era originalmente.
Dice que son sus favoritas, pero la verdad parece que son las únicas que tiene, las usa por turnos para que no nos demos cuenta.

El pendejo hambreado

Y ni hablar de la comida, nunca trae lonche, pero siempre está cazando a los que traen, abres tu comida y ya lo tienes atrás preguntando sí le das, pero para la peda nunca falta, ahí sí, el dinero aparece mágicamente, todo el dinero del mes se le va en alcohol.

El Secreto

Ahora si, el famoso secreto de Jhair...

Ha metido alcohol a la universidad, no una ni dos veces, sino varias, un verdadero contrabandista estudiantil, el día que se den cuenta los maestros, lo van a expulsar y sinceramente espero que se den cuenta pronto, ya ni su equipo de proyecto integrador lo soporta.

Reflexión

Jhair no es mala persona, pero también hay que aceptar que es un peligro, sí no está borrando bases de datos, está pidiendo comida o planeando su próxima peda, es como un error humano, nadie lo odia, pero todos saben que algo sale mal cuando aparece, además de que tiene una moto toda culera que cada que avanza se le cae una pieza, no vale madre el wey.

Fuentes

- Nancy Jazmín Laureano Urcino

Edubedo